Martirio de Nunilio y Alodia

El 21 de octubre del 840 fueron martirizadas las niñas Nunilo y Alodia, de doce años, hijas de padre musulmán y madre cristiana. Esta les inculto la fe cristiana. Pero cuando se quedaron huérfanas, un pariente paterno quiso, que renegaran de su fe, y se convirtió en su tutor. Ellas defendieron sus creencias, por lo que el pariente las denunció a Calaf, que era el juez musulmán en Alquezar. El las dejo en libertad al poco tiempo, por no haber suficientes motivos para un castigo. Después, el valí Amanhill, que era visir de Abderraman II en Huesca, el cual, las mando decapitar. Sus cadáveres fueron arrojados al campo para que sirvieron de pasto de las aves. Al cabo de algún tiempo se dijo que de los dos cuerpos salían resplandores pro la noche, cuando Amanhill se entero mando arrojar los cadáveres a un pozo.